Llega noviembre y la navidad cada vez está más cerca. El frío nos empieza a cambiar las costumbres y empezamos a planificar los regalos y eventos que vamos a organizar. Las empresas no se quedan atrás, ya que saben que se trata de una época muy especial tanto para clientes como para trabajadores, y acordarse de ellos con un detalle puede terminar marcando diferencias. Una cesta de navidad es el regalo más habitual, ya que se trata de algo con un valor muy personal y que está adecuado a la época en la que se encuentran. Sin embargo, no vale cualquier cesta, ya que según el contenido de la misma y la persona, puede depender que el regalo sea un éxito o un fracaso.
Una cesta de navidad tiene muchos modelos y formas, por eso debemos tener muy claro qué queremos decir con ella. Muchas empresas escogen un tipo de cesta para cada departamento de la empresa y para cada tipo de clientes. No obstante, los productos clave nunca fallan: turrones, mazapanes, conservas, queso, vino… El jamón siempre ha sido considerado como el distintivo entre cesta premium y otra más normal. Al fin y al cabo, el detalle y lo que quieras decir con ella es lo que cuenta.