Ahora que se acerca la Navidad, es tiempo en el que se dispara el consumo de uno de nuestros productos gourmet preferidos, el jamón. Con la llegada de estas fechas también llegan las compras de productos gorumet y ¿Cómo no? la compra de un buen jamón. Es por ello queremos contaros las ventajas que tiene su consumo para nuestro organismo y desmontar falsos mitos en relación al aumento de peso por su consumo.
Hasta ahora se pensaba que el jamón serrano contenía mucha grasa y por ello debía de ser excluido de las dietas hipocalóricas. Igualmente se creía que no era cardiosaludable y, por tanto, no debía consumirse por elevar los niveles de colesterol, sin embargo nada más lejos de la realidad.
100 gramos de jamón ibérico de pata negra sólo aportan 250 calorías. Además, su consumo no eleva los niveles de colesterol ya que es un alimento muy rico en ácidos grasos monoinsaturados (después del aceite de oliva, el jamón ibérico es la principal fuente de ácido oleico), mientras que la proporción de grasas saturadas es muy baja.
Además de ser unos de nuestros productos gourmet preferidos, es un alimento muy recomendable para cualquiera, pero especialmente para los deportistas, ya que, es una gran fuente de proteínas de calidad. Cada 100 gramos de este tipo de jamón nos aporta 43 gramos de proteínas, por tanto, es ideal para favorecer el desarrollo de la masa muscular.
También es rico en minerales (como calcio, hierro, zinc, magnesio), y en vitaminas del grupo B (B1, B2, B6, B12).
El jamón ibérico es un plato del que debemos aprovechar sus cualidades mientras disfrutamos de su delicioso sabor.