La sangría. Refrescante bebida típicamente española, podríamos decir. Sin embargo, su origen no es tan claro.
Hay varias historias respecto a esta mezcla de vino tinto y frutas. La más chocante parece asegurar que los colonos británicos de las Antillas, inventaron en el siglo XVIII esta bebida queriendo fingir que no tomaban alcohol sino un simple zumo de frutas.
Frente a esto, hace ya algún tiempo la UE prohibió que cualquier tipo de sangría elaborada fuera de España o Portugal pudiera llamarse como tal, dejando claro que cree la otra historia, que relata que los campesinos españoles y portugueses del siglo XIX, utilizaban los productos de la tierra a su alcance para hacerla.
Aún así, muchas son las poblaciones que pudieron hacer esta mezcla pues, teniendo el vino un sabor fuerte, no resulta tan extraño que se les ocurriera endulzarlo con frutas.
Y no solo su historia es confusa, sino también su elaboración, que responde más bien al gusto de cada uno. Cítricos, melocotón, manzana, plátano, canela, azúcar… Puedes elegir los que más te gusten, ¡o todos!
Pero para un buen aperitivo gourmet, la presentación es fundamental. Recuerda que sabor y apariencia van de la mano, y debes conseguir una mesa bonita y unos platos inspiradores para que los comensales disfruten de una buena experiencia culinaria. Hoy te damos una idea para presentar la sangría de forma original en cualquier comida veraniega. Es muy simple y tendrás una bebida ideal para tus invitados en unos minutos.
- Corta una sandía por la mitad (no en su lado más alargado, sino en el ancho).
- Vacíala por completo. Guarda algunos trozos de sandía para la merienda, por ejemplo, y otros pocos córtalos para la sangría.
- Las dos cortezas que nos quedan las usaremos como si fueran grandes bols donde hacer la sangría.
- En Ansama puedes encontrar una sangría ya elaborada, que quedará genial si la sirves bien fría dentro de la sandía, con algunos trocitos de frutas que te gusten.
Una presentación muy natural que gustará a todos.