Salsas picantes con todo el sabor.
El amor a la cocina y permitir que la naturaleza haga su trabajo son los pilares principales del sabor inigualable de Salsas Quietud.
El resto de matices nos los regala el sol, el mar y una tradición culinaria que pierde sus orígenes en el principio de los tiempos…
El concepto
Casualidades, que no son tales, pero un día, al calor de los fogones, se nos ocurre que el vinagre de Jerez puede sustituir al de manzana en la elaboración de una salsa picante. Su excelente cuerpo y sabor puede casar especialmente bien con el chile, pero ¿Qué más…?
Manos a la obra, empezamos a buscar la receta perfecta: probando, corrigiendo, añadiendo y restando ingredientes hasta crear la fórmula que reflejara la cantidad de picante correcta, sumada al sabor adecuado que la complementara sin que se contrarrestaran, e integrar, a modo de sello personal, todo el aroma y la impronta del valle del Guadalquivir que nos envuelve en nuestro día a día y que nos define cultural y personalmente, tanto de un lado como del otro del estrecho de Gibraltar.
La Historia
Porque en Salsas Quietud hay mucho de nuestra historia: el chile, importado por primera vez por el mismísimo Cristóbal Colón del que seleccionamos la variedad más adecuada, regado del mejor vinagre y vino oloroso criado en las históricas bodegas de Jerez reconocidas a nivel mundial, la sal justa de la milenaria Bahía de Cádiz y, como colofón, el punto diferenciador de la naranja amarga, recolectada en el perfumado jardín de naranjos que es el casco viejo de la ciudad de Sevilla.
Todo el conjunto, no solo engendra una salsa de gran equilibrio en el paladar sino que guarda en cada cucharada una porción muy concreta del mundo que consigue activar tus recuerdos, devolverte sensaciones de otros tiempos o lugares y que te embarga con el ansiado disfrute de la cocina en calma, en su justa y necesaria Quietud.
Salud
Queremos informarte de que, aparte de su extraordinario sabor, Salsas Quietud puede ayudarte propocionándote grandes beneficios para tu organismo.
Está demostrado por infinidad de estudios médicos que la capsaicina, oleorresina presente en las comidas picantes, promueve la salud vascular y metabólica, ayudando a tonificar el corazón.
Cuando degustamos Salsas Quietud se libera poco a poco adrenalina en nuestro torrente sanguíneo, de manera que la grasa se descompone y se quema con mayor facilidad, ayudando a eliminar el sobrepeso y reduciendo los niveles de colesterol y triglicéridos.
También se conoce que calma los dolores tipo reumáticos, musculares, articulares, etc. y mejoran los procesos digestivos al estimular los jugos gástricos. La capsaicina aporta calor al organismo y ayuda a combatir resfriados, gripes y problemas de mucosidad como la sinusitis. También produce sensación de bienestar gracias a la generación de endorfinas y serotoninas y se le atribuyen efectos afrodisíacos.
Decididamente, hay que tomar salsas picantes, y mejor si son fermentadas, como Salsas Quietud.