Ingredientes (4 personas):

    • 4 solomillos de venado.
    • 4 hojas de puerro blanqueadas.
    • 4 cucharadas de vino Don Guido Pedro Ximénez 20 Años.
  • Pimienta y Sal

Para las migas:

  • 500 gr. de pan candeal.
  • 1/8 l. de aceite de oliva.
  • 1/4 l. de Don Guido Pedro Ximénez 20 Años.
  • Almendras fileteadas, piñones, pasas, avellanas, nueces.
  • Azúcar moreno.
  • 100gr. de tocino ahumado.
  • 50 gr. de pimiento seco.
  • Pimentón.
  • Ajos.

Para la salsa:

  • 1/2 l. de fondo de caza.
  • 1/4 l. de Don Guido Pedro Ximénez 20 Años.
  • 100 gr. de pasas de corinto.
  • 1 nuez de mantequilla.

Preparación:

Dorar los solomillos salpimentados. Rociar con Don Guido Pedro Ximénez 20 Años y envolver en las hojas de puerro engrasadas para que se doren. Hornear (200º) seis minutos y reservar. Empapar el pan del día anterior cortado para migas en agua con sal, pimentón y Don Guido. Una vez reblandecido, escurrir. Freír el tocino en pedacitos; una vez dorado, añadir los frutos secos, el ajo y el pimiento seco. Después el pan y remover con paleta; debe quedar desmigajado y dorado. Espolvorear con azúcar moreno. Servir caliente.

Para la salsa: reducir el Don Guido Pedro Ximénez 20 Años, incorporar las pasas y por último el fondo de caza. Reducir y salpimentar. Poner a punto con la mantequilla.

El Restaurante:
Atrio es ante todo un lugar de encuentros imprevisibles. Es la ciudad de Cáceres y en ella el sueño de Jose y Toño, sus autores. Y es la coincidencia en la búsqueda de las condiciones óptimas para disfrutar de los atractivos que ofrecen las relaciones entre un espacio urbano histórico y los ámbitos privados del hotel. Es también el afectuoso concierto de una larga vida en común ante un proyecto consecuente de compromiso profesional. Y, llegado este momento, es la feliz armonía con otros dos hacedores de sueños: los arquitectos Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno Mansilla.

Emplazado en el corazón de un lugar patrimonio de la humanidad, el edificio aporta un inteligente ejercicio de sintaxis constructiva con arreglo a los cánones del entorno, enriquecido por la tecnología de nuestros días. Se abre así un intenso y sutil despliegue arquitectónico que se desarrolla desde la piel hasta su rico despiece, dando de sí unas estancias cuyo disfrute habrá de poner a prueba la capacidad de los sentidos.