Muchos sibaritas de la alimentación afirman que existe vida más allá del tradicional bocadillo como la elección perfecta para un almuerzo, una merienda o una cena. Sin embargo poco podrían hacer para defender este argumento frente a los férreos defensores de este majar.
Es por ello que muchos son los cocineros que pensaron que ambos tenían razón, que era posible crear un producto gourmet de una idea tan simple como un bocadillo e incluir sorprendentes recetas con ingredientes y una presentación más cuidada.
El bocata, pese a sus defensores, por tradición siempre se ha ingerido en aquellos momentos de prisas, de comer en la calle, como una comida rápida o de última hora. Siempre ha sido la comida menos preparada, la menos cuidada, hasta ahora.
Más allá del pan y del embutido, de un simple bocadillo se puede crear un producto gourmet.
Pero, ¿quién dice que comer de bocata sea una práctica insana? Si se hace con los ingredientes adecuados, el comensal puede saciarse y disfrutar con un plato rico y saludable entre pan y pan. El secreto no está en olvidar un alimento que para muchos es un verdadero majar sino en saber cómo combinar los ingredientes, en saber combinarlos y convertirlos en un alimento gourmet.
Panes perfectamente tostados, crujientes, salsas elaboradas a base de caldos y especias reducidos hasta obtener la textura perfecta, todo ello acompañando a una buena carne cocinada a la plancha o la brasa dan forma a un plato exquisito, dan vida a un verdadero producto gourmet, al que los mismos sibaritas de la gastronomía no podrían resistirse.
Comer un bocadillo puede ser una elección perfecta para realizar comidas informales sin perder el glamour si sabemos cómo prepararlos o donde ir a comerlos, claro está.