No hay mayor placer que pasar una tarde con los amigos mientras disfrutas de una pieza de queso y un buen vino, pero si además el maridaje encaja para realzar ambos sabores, la sensación es insuperable. ¡Todo un surtido gourmet!
Por ello, y si bien es cierto que no existe regla impositiva referente a la relación entre quesos y vinos, ya que todo es cuestión de gustos, a continuación ofrecemos algunas sugerencias sobre maridajes de vinos y quesos:
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Los vinos blancos, en general, armonizan mejor con el queso que los tintos.
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Los rosados entonan muy bien con quesos de pasta blanda o el queso fresco.
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Los vinos fuertes con carácter se ajustan bien con quesos ahumados y aromáticos.
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Los vinos espumosos, Cava,Champagne se casan mejor con los quesos de corteza enmohecida y de pasta blanda.
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Los vinos dulces armonizan con pocos quesos, aunque actualmente está de moda la combinación de los quesos azules con Oporto, o con algún blanco de cosecha tardía o tipo Sauternes.
Combinaciones posibles:
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Quesos frescos o blandos (Port Salut, Cuartirolo, Cremoso) con Sangiovese, un vino rosado o Sauvignon Blanc o Chenin Blanc.
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Quesos semiduros (Pategrás, Gouda, Emmenthal, Gruyere, Fontina, Fynbo, Cacciocavallo, Taleggio, Mozzarella) con Sauvignon Blanc o el Viognier, Cabernet Sauvignon o Malbec.
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Quesos duros (Provolone, Trebolgiano, Reggianito, Sardo, Goya, Parmesano) con Cabernet Sauvignon, Malbec, Syrah, Merlot intenso, Chardonnay o Sauvignon Blanc.
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Quesos Azules (Blue Cheese, Gorgonzola) con vinos de cosecha tardía, oportos no muy añejos, o tintos con mucho cuerpo.