Si un regalo es el reflejo de una persona, la cesta de navidad es el reflejo de una empresa. Así, las empresas buscan distinguirse de las demás con los lotes navideños que regalan a sus trabajadores. Aunque no solo las empresas son las encargadas de crear estas cestas, sino que también familiares y amigos las organizan para sus allegados e, incluso, otras asociaciones construyen cestas de navidad bestiales que luego sortean.
Estas cestas de navidad son el tema que nos concierne hoy. Las empresas más selectas y con un mayor poder adquisitivo disponen cestas de navidad de auténtico lujo con sus trabajadores y sus clientes más distinguidos.
Uno de los primeros detalles que consideran a la hora de preparar estas cestas es el recipiente, algo que afecta positiva o negativamente en la valoración a primera vista de la cesta. Estas cestas buscan la distinción desde lo más primario, como es el packaging, pasando desde la típica caja de cartón a un envase personalizado con los gustos del que los recibe, como puede ser un gramófono decorativo para los amantes de la música o una cabina telefónica londinense para los más viajeros.
El otro elemento a considerar, como es normal, es el contenido. Muchas empresas apuestan por la cantidad, utilizando muchos productos y muy variados, desde jamones, ibéricos, turrones, vinos o conservas. Otros, no obstante, apuestan por la calidad. Algunas asociaciones aprovechan el período navideño para recaudar dinero y montan lotes enormes con productos como electrodomésticos, productos informáticos o viajes pagados. Bien es cierto que este lote solo está al alcance de asociaciones, pero también es cierto que estas cestas llaman tanto la atención que consiguen ingresar miles de euros por ellas.
Las cestas navideñas premium se reinventan y crecen a tal velocidad que quién sabe la magnitud que alcanzarán dentro de unos años.