El vino es una de las bebidas (alcohólicas o no) más consumidas en este país, gracias a la inmensa cantidad de viñas existentes en nuestro país, además de la excelente calidad de la uva que siempre hemos atesorado, lo que nos convierte en uno de los principales productores de este jugo en el mundo.
No obstante, si diferenciamos entre las diversas tipologías de vino que existen, sin duda el que se lleva la palma es el tinto. Según los últimos datos recabados, el vino tinto supuso el 55,6% del total de ventas en este 2014, muy superior a sus otros rivales, como son el blanco y el rosado. A pesar de ello, este año ha significado una caída de los precios del vino con respecto al año anterior, con una media de 2,20€ por litro menos que el año anterior. Esto se debe a la abrupta caída en las ventas durante este año, ya que se han reducido en un 14,7% en el caso del tinto, un 6,9% en el blanco y hasta un 17,1% en el rosado.
El consumo del vino se ha convertido en un arte, especializándose en técnicas como la enología, en la que se fabrica esta bebida de forma artesanal. Siendo un consolidado producto gourmet, son muy frecuentes las catas para los olfatos más finos y los paladares más exquisitos. Tienen combinaciones con muchas comidas distintas, pero, sin duda, una de las favoritas por todos es el queso, ya que el sabor amargo del buen vino junto con un queso fuerte combinan a la perfección.